domingo, 28 de abril de 2013

NEOCOLONIALISMO

El colonialismo es una realidad que se impuso en el mundo en el último tercio del siglo XIX, pero es también, y muy especialmente, una justificación. Esa realidad implicaba la explotación económica y la dominación política de los países de Asia y Africa por parte de las potencias europeas, como
culminación del expansionismo iniciado en el siglo XV. Sin embargo, el término “colonialismo” no aparece hasta principios del presente siglo, con un sentido eminentemente polémico, por cuanto engloba  a todas las doctrinas que pretenden justificar el dominio de Europa sobre otros pueblos técnicamente más atrasados. Sus principales manifestaciones se produjeron en Gran Bretaña y en Francia, pero la ideología que lo sustentaba estuvo presente, en mayor o menor medida, en todos los Estados Europeos, con una repercusión muy específica en Estados Unidos.
 
El imperialismo contemporáneo surgió precisamente en la segunda mitad del siglo XIX, cuando las fuerzas productivas, especialmente la industria, alcanzaron un alto nivel de desarrollo, que impulsó la búsqueda de nuevos mercados para los productos, materias primas más abundantes y baratas, y un espacio económico en el que pudieran fructificar los capitales excedentes Habida cuenta de las rivalidades existentes entre las grandes potencias europeas, esas ventajas sólo podían encontrarse en los países lejanos y atrasados, demasiado débiles, sin conciencia nacional y sin medios técnicos adecuados para resistir el asalto de la Europa industrializada.
La dominación y explotación colonialistas han adoptado formas muy diversas, según sus principales protagonistas, pero se pueden definir por algunos caracteres esenciales, según la síntesis de Georges Balandier:
  • Dominación por parte de una minoría extranjera, la cual ejerce una pretendida superioridad racial y cultural sobre una mayoría nativa materialmente inferior.
  • Contacto entre dos civilizaciones muy distintas: una, de religión cristiana, de economía potente, técnica avanzada y ritmo de vida acelerado; la otra, no cristiana, carente de técnica, condicionada por una economía agraria de subsistencia y un ritmo de vida lento.
  • La civilización europea avanzada y tecnificada se impone en todos los órdenes sobre la cultura autóctona, a través de diversas formas de organización política y administrativa.
  • No hay comentarios:

    Publicar un comentario