Se ubica en un antiguo convento que
los franciscanos cedieron a la orden de los dieguinos en 1580, los cuales
establecieron allí su noviciado y el colegio de formación de misioneros que
evangelizaron Filipinas, China y Japón. El inmueble se usó como cuartel militar
durante el siglo XIX y fue uno de los escenarios donde se libró una de las
batallas más importantes contra el ejército estadunidense en 1847.
Es
un espacio importante también, porque albergó al ex
Convento de Nuestra Señora de los Ángeles de Churubusco, que representa la historia y la
vida cotidiana de la orden dieguina, que fue una de las ramas de los
franciscanos novohispanos que vivieron en ese inmueble por más de 300
años.
Gracias
a que se ha conservado adecuadamente, es posible apreciar los espacios que
fueron de uso cotidiano entre los frailes, como la cocina, el refectorio, la antesacristía, el portal
de peregrinos, la
huerta, el
baño, los
claustros, las
capillas y las
celdas, entre otros
lugares. Al mismo tiempo, puede admirarse un acervo importante de arte sacro de
los siglos XVII al XIX.
se exhibe una colección de
litografías, banderas, armas, muebles y accesorios civiles y militares, además
de algunas reproducciones tanto del INAH como de otras colecciones.
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